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domingo, 25 de mayo de 2025

¿Por qué aprendemos más rápido o más lento? La ciencia detrás del talento, desde el fútbol hasta la vida



Por : Cristian Alejandro Toncheff Ferberovich 


Cristian A Toncheff Ferberovich 
Barça Academy Rumanía 

A lo largo de mi camino como futbolista profesional y, actualmente, como formador y coordinador en la Barça Academy Romania, he observado una constante: no todos los jugadores aprenden igual. Algunos captan rápido conceptos técnicos o tácticos. Otros necesitan más tiempo. ¿Qué factores explican esta diferencia?

Hoy quiero compartir una mirada integral —desde la biología, la psicología y el entorno— sobre por qué aprendemos a distintos ritmos. Y por qué, como dice Carol Dweck en su libro Mindset, el verdadero talento no es solo lo que uno tiene, sino la capacidad de aprender.


1. Factores biológicos: el cuerpo como plataforma del aprendizaje

La ciencia nos enseña que el cerebro es plástico: se adapta, cambia y se moldea con la experiencia. Esta plasticidad es clave en el aprendizaje motor, cognitivo y emocional. Dormir bien, comer adecuadamente y moverse son tan importantes como estudiar una táctica o practicar un pase.

Ejemplo inspirador:
Lionel Messi, con un diagnóstico médico que parecía un obstáculo, desarrolló habilidades motoras y cognitivas extraordinarias. No fue solo talento natural, sino una capacidad inmensa para aprender, adaptarse y perfeccionarse.


2. Factores psicológicos: la mentalidad lo es todo

Aquí coincido plenamente con la Dra. Carol Dweck. En Mindset, ella sostiene que “el talento” es, en esencia, la capacidad de aprender. Aquellos que creen que pueden mejorar con esfuerzo —lo que ella llama “mentalidad de crecimiento”— logran desarrollarse más allá de lo que parecía posible.

Ejemplo icónico:
Michael Jordan no fue seleccionado en su equipo escolar. Lejos de rendirse, usó ese revés como motivación para superarse. Su historia nos recuerda que el aprendizaje está íntimamente vinculado con la actitud frente al error.

En mi experiencia, los jugadores que se animan a equivocarse, que ven cada fallo como una oportunidad, terminan destacándose más que los que temen fallar.


3. Factores ambientales: el entorno sí importa

El contexto donde crecemos y entrenamos puede acelerar o frenar el aprendizaje. Un entorno seguro, estimulante y emocionalmente positivo permite explorar, fallar y volver a intentar.

Veo cómo chicos que llegan tímidos o con inseguridades cambian radicalmente en cuestión de meses. Cuando sienten que se les escucha, que pueden expresarse y que el error no es castigado, aparecen la creatividad, la confianza y, claro, el aprendizaje.

También es fundamental adaptar el método al estilo de cada jugador. Hay quienes aprenden viendo, otros haciendo, otros escuchando. Como formadores, debemos estar atentos a esas señales. 

El talento es aprender… y nunca dejar de hacerlo

No se trata solo de quién aprende más rápido, sino de quién no deja de aprender. El talento no es estático. Es una combinación de biología, mente y contexto. Y, sobre todo, es la voluntad de mejorar cada día.

Mi misión como entrenador no es solo formar jugadores, sino formar aprendices de por vida.





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domingo, 11 de mayo de 2025

Autoestima y Confianza

 

 El Partido Más Importante También Se Juega Por Dentro


Por Cristian Toncheff


Hay un partido que todos jugamos, todos los días, y no se disputa ni en un estadio ni en una cancha de entrenamiento. Se juega adentro. Me refiero al partido de la autoestima y la confianza. Y créanme: si no lo jugamos bien, ningún talento alcanza.


Como exfutbolista y hoy formador de jóvenes en Barça Academia Rumanía, lo veo a diario: chicos con grandes condiciones técnicas que se apagan por falta de confianza… y otros, quizás no tan dotados, que brillan por su mentalidad. La diferencia está en cómo se sienten consigo mismos.


¿Qué dice la ciencia sobre la autoestima en el rendimiento?


En una prueba científicamente supervisada —relatada en el libro Su mente constructiva— se elogió a un grupo de estudiantes por su inteligencia y se les dijo que la prueba que iban a realizar sería fácil para ellos. El resultado fue contundente: rindieron mucho mejor que la media y obtuvieron calificaciones altas.


Luego, a los mismos alumnos se les aplicó otra prueba del mismo nivel, pero esta vez fueron criticados y desmotivados de antemano, diciéndoles que sería difícil y que probablemente fracasarían. ¿El resultado? Bajísimo rendimiento.


> “Nunca realizó nada notable el que hizo poca estimación de sí mismo. De nosotros no obtendremos más de lo que esperamos obtener.”

— Orison S. Marden




Esto demuestra cómo la percepción de uno mismo, y lo que otros nos hacen creer de nosotros, impacta directamente en lo que logramos.




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Autoestima no es ego. Es convicción


Muchos confunden autoestima con creerse más que los demás. Pero no va por ahí. Tener autoestima es saber que valés, incluso cuando cometés errores. Es no dejar que una mala actuación defina tu carrera ni tu identidad.


> “El orgullo se encuentra en el fondo de todos los grandes errores.”

— John Ruskin




Tener confianza no significa creerse invencible. Significa aceptar que estamos en constante aprendizaje, con los pies sobre la tierra y la cabeza levantada.




Entrenadores: el poder de la palabra


Si sos entrenador, tus palabras tienen más peso del que imaginás. Lo que decís —o no decís— puede construir confianza o destruirla. Un elogio genuino, una corrección con respeto, una mirada que transmite “yo creo en vos”... eso también forma al deportista.





Futbolistas y atletas: ustedes también son responsables


No esperen siempre validación externa. Trabajen en su diálogo interno. Lo que te decís cuando fallás, cuando salís del equipo o cuando no te salen las cosas… eso es clave. Aprendé a ser tu mejor aliado, no tu peor crítico.



¿Cómo se entrena la autoestima en el deporte?


Visualización positiva: Imaginate logrando lo que querés. Tu cerebro necesita ver antes de hacer.


Autodiálogo constructivo: Habláte como lo harías con alguien que admirás. Con paciencia, con firmeza, con propósito.


Rodeate bien: El entorno influye. Estar cerca de personas que te inspiran y te respetan, potencia todo.


Todos queremos rendir bien. Pero si no creemos en nosotros, difícilmente lo logremos. La autoestima no es opcional: es esencial. Porque el talento te pone en la cancha, pero la confianza en vos mismo te hace jugar de verdad.


Nos vemos en el próximo entrenamiento,

Cristian Toncheff



martes, 22 de abril de 2025

El fútbol y el deporte no tienen esencia de algoritmos: motivación, presión y la toma de decisiones

 

El fútbol y el deporte no tienen esencia de algoritmos: motivación, presión y la toma de decisiones

Fútbol y presión mental

Como exfutbolista profesional y actual entrenador, con formación en psicología deportiva, nutrición y preparación física, quiero compartir una visión más profunda sobre un aspecto clave que define el rendimiento: la toma de decisiones bajo presión, desmotivacion o estrés. Este texto está pensado no solo para futbolistas y entrenadores, sino también para redes sociales, donde cada vez hay más interés en el "otro fútbol": el mental.

Hace días atrás, me encontraba con fragmento que decía ; "cuidado con eso de pretender de que el cansancio está despegado del estado de ánimo" (Cesar Luís Menotti). Haciendo referencia al equipo que faltando 20 minutos para finalizar y va con un marcador a favor de 4-0, todos la piden, todos juegan, todos corren, como si el cansancio no existiera, a diferencia de aquel equipo que va perdiendo 3-0 y están muertos, les duele todo... 

Es una realidad tan veraz como el mismo efecto en cuanto a tomas de decisiones bajo presión, desmotivación o estrés. 

Los tiempos que corren, son una vorágine tecnológica que arrastra a todo quien estar a la moda se trate, y digo estar a la moda porque esa avalancha de evolución no hace más que mencionar las palabras "datos", "análisis", "algoritmos" y hasta toma de decisiones basadas en IA ( inteligencia artificial), en un ecosistema, ya sea fútbol u otro deporte, que siguen perteneciendo a la belleza humana. 

La toma de decisiones: el motor invisible del juego

Un jugador de élite toma entre 2 y 4 decisiones por segundo durante un partido (Vestberg et al., 2012). No solo es una cuestión técnica o táctica. Es cerebral. Y es ahí donde entran en juego variables como la motivación, el estrés o la presión social.

Motivación: el combustible de la claridad mental

Estudios como el de Isoard-Gautheur (2013) demuestran que los jugadores con motivación intrínseca (aquellos que disfrutan del proceso) toman mejores decisiones y se recuperan más rápido del error. Por el contrario, la sobredependencia de motivaciones extrínsecas (elogios, dinero, fama) aumenta el riesgo de burnout y reduce la calidad de las decisiones bajo presión.

Presión: el filtro emocional que lo distorsiona todo

Jugador aislado en el campo

La presión del entorno, ya sea de la grada, los medios o incluso de las redes sociales, genera una carga cognitiva que puede distorsionar la lectura del juego. Según un estudio de la Universidad de Bangor (Rees & Hardy, 2004), los atletas sometidos a alta presión muestran mayor actividad en la amígdala (zona cerebral del miedo) y menor activación en el córtex prefrontal, clave para tomar decisiones racionales.

Estrés: el saboteador silencioso del rendimiento

Estrés deportivo

El estrés crónico deteriora la memoria de trabajo, esencial para anticipar jugadas y calcular riesgos (Baddeley, 1992). El resultado: jugadores físicamente preparados que fallan en acciones básicas por bloqueo mental. Un ejemplo reciente es el caso de Simone Manuel, nadadora olímpica que reveló cómo el sobreentrenamiento y el estrés le hicieron perder claridad competitiva.

Guardiola y la toma de decisiones: un entrenador cerebral

Pep Guardiola lo resume así:

"Lo importante no es correr más, sino pensar mejor. El que toma mejores decisiones, juega más rápido."

En entrevistas con medios como The Coaches' Voice, Guardiola insiste en que el talento del jugador no se mide solo por lo técnico, sino por la velocidad y calidad de sus decisiones. Su trabajo con Messi, Xavi o De Bruyne se basa en liberar al jugador de la presión para que piense con libertad.

Entrenar la mente también es entrenar el juego

Cada vez más clubes incorporan psicólogos deportivos, entrenamientos cognitivos (como Fitlight o Neurotracker) y rutinas de mindfulness. Según un estudio de la Universidad de Leuven (2016), los jugadores que practicaban mindfulness durante 6 semanas mejoraron un 12% su toma de decisiones en situaciones de alta presión.

El entrenador como facilitador mental

Como entrenadores, debemos construir entornos de seguridad psicológica. El miedo al error bloquea. La confianza libera. Cuando un jugador se siente apoyado, no sólo juega mejor: piensa mejor.

Casos reales: Iniesta, Osaka, Biles

  • Andrés Iniesta confesó en su biografía su lucha con la depresión. Su claridad en el campo fue posible gracias a una estabilidad emocional trabajada desde dentro.
  • Naomi Osaka y Simone Biles dejaron de competir para priorizar su salud mental, demostrando que sin equilibrio interior no hay rendimiento exterior.

Cristian A Toncheff Ferberovich/Barça Academy 



Si eres jugador, entrenador o simplemente amante del fútbol, cuida la mente como cuidas el golpeo. Porque las mejores decisiones nacen de un estado mental estable.

¿Te ha pasado que tomas peores decisiones cuando estás más presionado? ¿Qué haces para mantener la claridad? Te leo en los comentarios o en redes.